Desmontando a Robert Capa

Este viernes, día 19, se estrenará "La sombra del iceberg", un film documental que cuestiona la famosa instantánea obtenida por Robert Capa en la que aparece un miliciano en el momento de recibir un tiro mortal. La foto "El miliciano muerto", una de las más impactantes fotos de la Guerra Civil española se ha convertido en uno de los iconos del siglo XX y es oficialmente la primera imagen que capta el preciso instante de la muerte durante el transcurso de una batalla.
Sin embargo, esta foto, como tantos otros iconos (baste recordar la izada de la bandera por marines estadounidenses en Iwo Jima) puede tratarse de un montaje. Y sobre esta posibilidad versa el documental. Narrado de manera objetiva y tratando de aportar tanto pruebas materiales, testimonios de expertos y todos los puntos de vista, "La sombra del iceberg", que ya ha cosechado numerosos premios, es una buena cinta en la que sus directores, Hugo Doménech y Raúl M. Riebenbauer, pueden derribarnos otro de nuestros mitos. Está difícil creer en algo hoy en día.

Un estreno estilo Hollywood

El estreno de la película El curioso caso de Benjamin Button se ha caracterizado por recurrir a todo el glamour de Hollywood. No han faltado a la cita estrellas de la talla de Sharon Stone, Jennifer Lopez, Eva Longoria o Alfre Woodard, además del protagonista del film, Brad Pitt, acompañado por su compañera sentimental, Angelina Jolie.

La cinta está basada en una historia corta de Scott Fitgerald y narra la vida de un hombre que nace con la apariencia de una persona de 80 años y va rejuveneciendo hasta su inevitable final.

En España tendremos que esperar hasta enero para verla. No parece que a la distribuidora le haya parecido que es una película para las fiestas navideñas.

Bond vs Bond

Como era de esperar, Quantum of Solace no hace sino profundizar en la nueva imagen que los guionistas han querido darle a Bond. Un Bond para el cual su principal enemigo es él mismo, su conciencia, sus dudas, sus sentimientos... En definitiva, un oo7 que pierde parte de su imagen arquetípica para mostrarse como un currante de los servicios secretos, más vulnerable pero también más frío y vengativo. Es curioso como un personaje al que han querido darle conciencia mata ahora con menos remordimientos que antes. El antiguo Bond se deshacía de un enemigo como quien no quería la cosa, con elegancia; el actual 007 lo hace ahora de una manera tan mecánica y fría que es difícil que no aflore a la mente la imagen de un sicario.

Al margen de todo el trasfondo del personaje del nuevo Bond, las escenas de acción -que al fin y al cabo es lo que se va a ver en este tipo de películas- son más bien discretitas. Hay buenos momentos, qué duda cabe, pero otros que no están a la altura de 007. En la escena de las cuerdas todos estamos esperando que se caiga y en la persecución en lancha si alguien es capaz de imaginar el recorrido es que es experto en desentrañar laberintos.

Y por si fuera poco, la siniestra organización contra la que lucha Bond continúa vivita y coleando. Es decir, es probable que tengamos tercera parte y que 007 pase a convertirse en un culebrón.